Debo admitir que en algún momento de la vida fui fumador, comencé muy joven con el vicio (cerca de los 16 años), al inicio por sentirme ‘ en onda’ , después por que se me antojaba tras comer algo, como decimos en México, “después de un buen taco, un buen tabaco” , al final lo hacía ya por vicio, por un nivel de dependencia, para sentirme bien. Hace algunos años tomé la excelente decisión de dejar de fumar, y debo decir que lo hice de un momento a otro, no fue algo que tenía pensado ni meditado, mi mamá me dio la noticia de su cáncer de seno y eso me hizo volver los pies a la tierra y sentirme más humano y vulnerable que nunca. El ”eso no me va a pasar a mi” repentinamente perdió sentido.